Todo comenzó cuando teníamos que introducir el cambio de unidades a la decena, ya que no encontraba ninguna actividad que me resultase lo suficientemente motivadora como para utilizarla para conseguir este fin. Por este motivo,  me puse a pensar y se me ocurrió explicarlo a través de la magia, utilizando un saquito de “doble fondo” de la siguiente manera:
Un día de buena mañana llegué a clase explicando que el día anterior por la tarde había conocido a un mago y que este había estado toda la tarde ayudándome a convertirme en maga.
Después, les pregunté que si querían que les hiciese un poco de magia y como ellos enseguida me dijeron que sí, nos pusimos manos a la obra.
1º - Les hice meter 10 gomas de borrar en el saquito y después de decir las palabras mágicas, esas gomas desaparecieron y se convirtieron en 1 goma de borrar grande. ¡Después de comprobar que el saquito estaba vacío se quedaron alucinados!
2º - Les hice meter 10 lápices y después de decir las palabras mágicas... desaparecieron y se convirtieron en un lápiz gigante. ¡Aquí alucinaron más aún! .
3º -  Metieron 10 cubitos azules (igual que el color de las unidades) y después de decir las palabras mágicas... desaparecieron y se convirtieron en una varita (de color rojo como las decenas) igual de grande que si pusieses 10 de los cubitos azules en fila.
A partir de aquí empezamos a analizar y a comprobar que si metías 15 cubitos azules, estos se convertían en una varita roja y 5 azules. ¿Por qué? (esto lo hicimos con varios números para ayudarles a deducir que sólo se convertían en varita los grupos de 10 unidades) .
La verdad es que comprendieron enseguida el concepto y quedaron encantados.